Narrador Kevin:
Por fin Molly y
Malena cerraron la puerta. Durante todo aquel rato me había sentido observado.
Mi cuerpo tenía una mezcla de sentimientos y no podía distinguir entre envidia
o tristeza, estaba envidioso porqué Peter había conseguido a su chica, pero en
cambio, yo ‘’el ligón de Kevin’’ (como me conocían en el barrio), no.
Y a la vez triste
porque sentía que Molly no sentía nada por mí porque extrañaba a alguien. No sé
cómo pero al final conseguiría que me lo explicara estaba seguro de eso.
-Tío que te pasa,
estás paralizado.-dijo Peter mientras entrábamos en nuestra habitación…Que bien
me había conocido en tan poco tiempo.
-No nada, me…me
podrías dejar solo un… momento…aquí en esta habitación…-dije.
-Vale,… cuando
quieras que venga me vienes a avisar al comedor…- dijo con voz compasiva.
-Por favor, no le
cuentes que estoy así a…-esa fue mi última e inútil palabra antes de escuchar
el gran portazo de Peter.
Nunca había
sentido tanta autocompasión dentro de mí mismo. Me quería desahogar pero no
sabía con quien. Me quería ir de aquel sitio, pero no podía. Lo más fuerte era
que me gustaba Molly pero a la vez… me sentía indefenso, no podía soltarle una
palabra más alta que otra, porque, ya me sentía mal.
No paraba de
pensar en qué pensaría Peter de mí, seguro que nada bueno, se pensaría que
nunca había ligado.
Vaya sensación más
rara… Por un momento me puse a pensar cuantos problemas se tienen por una
chica.
Después de eso, me
animé y propuse que la conseguiría. Cogí una circular que tenían encima de la
mesa, era la que nos había entregado el director para la compra de la ropa. Y
empecé a escribir haciéndome un poco el sentimental.
Sí por alguna razón no quieres mantener una relación conmigo, no quiero que dejes de confiar en mí, quiero que seas como mínimo mi amiga… Para mí la definición perfecta amor eres tú.
PD: Me alimento de pensar en ti.
Entonces cogí y me fui a buscar a Peter y a ver otra vez a
las chicas.
Bajando las escaleras, sentí un ligero dolor de cabeza y
sentí como las piernas me flaqueaban. A partir de ahí ya no recordé nada hasta…
Narrador
Peter:
Una vez que las chicas cerraron la puerta de su habitación y
nosotros nos fuimos a la nuestra, Kevin me ordenó que me fuera hasta su previo
aviso. Y yo como es de suponer me fui. Estuve un buen rato hablando con ellas,
y como no, me preguntaron que donde estaba Kevin. No sé cómo me lo monté pero
en cinco minutos se lo conté todo, cuando acabó la conversación se veía como
Molly estaba metida en su mundo y como Malena no le paraba de pasar la mano por
delante de la cara poro ella ni se inmutó hasta que solté un chillido y pegó un
bote. En ese mismo momento fue cuando por megafonía con un estruendo dijeron:
-Los amigos de Kevin Willson, que vengan a portería, por
favor.
Nosotros nos quedamos parados, nos vinieron a la cabeza mil
y un pensamientos. Corrimos hacia la portería, y una vez allí entramos dando
empujones a la gente que se nos cruzaba en el camino.
Apoyé las manos en el mostrador y le dije a la portera:
-¿Dónde está Kevin?
-¿Pe…perdón?-dijo ella confusa. Le cogí los hombros y empecé
a agitarla mientras le decía chillando:
-¿QUE DÓNDE ESTÁ KEVIN?
-¡Peter, ya basta,
suéltala!-dijo Malena cogiéndome suavemente las manos para que soltara a la
portera.
–Perdone señorita,
¿podría decirme dónde se encuentra Kevin Willson?-dijo Malena con una sonrisa
nerviosa.
-M…Willson,
Willson…Ah! El muchacho de la ambulancia.-dijo ella dando un chasquido con los
dedos.
-¿A…Ambulancia?-dijo
Molly con voz temblorosa. Se cogió la cabeza entre las manos mientras las
piernas le temblaban.
-Verá, somos sus
amigos, nos han dicho que vengamos aquí pero no nos han dicho por qué.-dijo
Malena con voz firme.
-Sí, es para que
acompañen al director al hospital, le han concedido que traiga a tres alumnos y
os ha escogido a vosotros.
-¿Y qué le ha
pasado?-pregunté aún nervioso. La portera me miró con desconfianza, pero luego
añadió:
-Se cayó por las
escaleras, al parecer ha sufrido una fractura en el húmero.
-¿Y a qué se debe
la caída?-dijo Molly aún temblando.
-Al parecer ha
sufrido un bajón de azúcar. Imagino que tendrán que hacerle algunas pruebas,
tal vez esté ingresado algunos días y…-pero no le dio tiempo a acabar, porque
Molly se desplomó y Malena la cogió justo antes de que cayera al suelo. Le dio
unas palmaditas en la mejilla, mientras susurraba su nombre asustada.
La portera nos dio
un vaso de agua y se lo puse en los labios, intentando obligarla a beber.
Empezó a toser y a despertarse. Cuando me vio abrió mucho los ojos y dijo
susurrando:
-No es verdad, no
es verdad, a Kevin no le ha pasado nada… ¿Verdad?-Pero no me atrevía
contestarle ni a aguantarle la mirada puesto que parecía que sus ojos pudieran
ver a través de los míos. Cuando miró a Malena y ella afirmó imperceptiblemente
con la cabeza, el labio inferior de Molly empezó a temblar, primero suavemente,
luego con más rapidez. La cogí por los hombros y le dije:
-Kevin no querría
verte así. Sécate esas lágrimas y vamos a verle, ¿te parece bien?-y le dediqué
una de mis mejores sonrisas. Ella asintió levemente y se secó las lágrimas con
la mano. Me miró intentando sonreír y yo le hice una mueca divertida poniendo
mis ojos bizcos. Ella mostró su sonrisa encantadora y nos cogió a mí y a Malena
de la mano.
-Vamos, Kevin nos
estará esperando.-y dicho esto empezó a andar con paso ligero pero firme a la
salida del internado. Al abrir la puerta unas luces naranjas nos cegaron y
Molly cerró los ojos molesta. Al instante los abrió atenta, y pudo ver la
ambulancia en la que se suponía que estaba Kevin. Se quedó parada, y por mucho
que Malena la llamara no se movía. Respiraba tranquila, y sus ojos no se movían
sino que se mantenían en un punto fijo. Miré hacia donde ella estaba dirigiendo
sus ojos y vi las puertas traseras de la ambulancia abierta, y unos pies
descalzos asomaban apoyados en una camilla. Molly empezó a andar lento, pero
después apretó el paso y empezó a correr. Malena intentó detenerla, pero yo le
cogí la muñeca suavemente y le negué con la cabeza.
-Déjala, necesita
arreglar las cosas con él.
-Pero…-dijo
poniendo pucheros, pero yo le acaricié la mejilla y le besé la frente.
-Vamos,
seguramente nos harán sentarnos en los asientos de atrás ya que normalmente
sólo dejan que vaya una persona al lado de la camilla.
-¿Y tú como sabes
tanto de ambulancias?-dijo ella arqueando una ceja. Yo titubeé indeciso… ¿Debía
contárselo ahora, o mejor en otro momento? Iba a contestar pero ella entrelazó
sus dedos con los míos y con suaves tirones me dirigió hacia los asientos. Abrí
la puerta y dejé que ella pasara, luego me senté y cerré la puerta detrás de
mí. El conductor, vestido de rayas fluorescentes nos saludó con un movimiento
de cabeza y dijo:
-Ya
estamos todos, vámonos.
Y empezó a
alejarse del internado con rapidez. Podía notarse un silencio tenso entre
todos, ya que nadie hablaba. Malena me apretó la mano y me miró a los ojos con
miedo. Yo le devolví el apretón y le susurré mientras le apartaba un mechón de
pelo de la cara:
-Tranquila, todo
va bien.
Ella suspiró y
apoyó su cabeza en mi hombro. Yo podía oír voces en la parte trasera del
vehículo, pero me limité a mirar por la ventana para distraerme ya que quería
que Molly y Kevin tuvieran su intimidad.