miércoles, 18 de enero de 2012

Capítulo 2

Narrador Jake:

Iba por la calle fumando tranquilamente cuando vi a Jim corriendo calle abajo.
-¡Eh tío! ¿Qué pasa, porque corres?
-¡Huye Jake, huye por tu vida!
-¡Tranki! Ni que te persiguiera la pasma, un momento… ¡tienes un poli pisándote los talones!
-¿De verdad? ¡No me había dado cuenta!-dijo sarcásticamente.
-Vete a casa yo intentaré distraerlo.-dije.
-¡Corre! No hay tiempo para distracciones…
-¡No hay ninguna prisa tronco! ¡Tenemos todo el tiempo del mundo!-dije riendo.
-Nosotros si, pero Molly…
-¡¿Qué le has hecho a Molly pedazo de inútil?!-grité enfurecido.
Mientras todo ese diálogo transcurría, habíamos despistado al poli y corríamos hacia casa. Mi casa para ser exactos.
Llegó un momento en que el poli se cansó y lo dejó pasar ¡uff!  Por fin pude dar mi primer suspiro. Pero me había equivocado lo que quería era coger el coche… No me extraña con el barrigón que tenía…
Llegamos a la portería y por fin pude empezar a hacerle a mi amigo aquella lista de preguntas que me estuve cuestionando durante todo el camino.
No se como mi amigo me había podido decepcionar así, lo que le había hecho a mi hermana fue la gota que colmó el vaso, me había equivocado de amistades… desde aquel día nunca le volví a dirigir la palabra.
 
AL CABO DE CUATRO MESES:
 
Narradora Molly:
 
Estaba sentada en la parada del autobús, esperando a que viniera alguien y me quitara mi libertad para encerrarme en aquel maldito Internado de Hobberst. Después del accidente del banco, no había vuelto a ver a Jim, ni tampoco a mis padres. Ni al fumata de mi hermano, aunque era al que más echaba de menos. Pero tampoco me podía quejar, sin todos ellos estaba más…segura, y sin peligro de ayudar a alguien a atracar bancos y cargarme las culpas. Si, seguía sin poder perdonar a Jim, ¿y quién hubiera podido? Después de lo que me hizo…  ¡Ahh! No lo soportaba, cada vez que pensaba en él  me venía un dolor repentino a la cabeza. Era como una jaqueca horrible.
La solución era no pensar en él, pero era imposible, aunque me hubiera hecho eso… tenía un sentimiento diferente hacia él. Algo parecido al cariño.
¡Ahh! Fuera pensamientos impuros…uff, insoportable. Por fin llegaba el autobús. Se abrieron las puertas y un tipo con una chaqueta azul bajó dando un salto. Me miró a través de sus gafas de aviador y me dijo:
-¿Molly Suans?
-Si, soy yo…-dije sin ánimos.
-Tranquila princesa, el internado de Hobberst no es tan horrible como parece…-dijo intentando tranquilizarme.-Es mucho peor.
-No me asustas tío, así que vete a buscar a otra “princesa” para contarle tus historias de terror.-dije mirándole a los ojos.
-Mira niña…Menos bromas conmigo o te juro que el viajecito en autobús va a ser muy movidito…-dijo sacando una porra que le colgaba del cinturón. Me cogió del brazo y me subió al autobús de un empujón. Después subió detrás de mí y se puso al volante. Fui tambaleándome hasta uno de los últimos asientos.
Miré a mi alrededor y vi a una chica morena de ojos verdes que tenía una mirada penetrante.
-¿Y tú qué miras?-le espeté algo molesta. Arqueó una ceja y se dio la vuelta en su asiento.
-Tú misma, pero te advierto que el viaje es largo, y si quieres quedarte en silencio y sola…allá tú.-dijo la chica presumidamente. Me di cuenta de que lo mejor en aquellos momentos era tener a alguien cerca, alguien en quien poder confiar. No sabía a quién elegir, pero la chica que me había hablado parecía la más simpática, y la más normal. Además, era la única que se había atrevido a dirigirme la palabra…Me senté a su lado, y miré en su dirección. Se giró y me miró a los ojos.
-¿Y tú qué miras?-dijo ella imitándome. Le sonreí y me guiñó el ojo.
-Pues esos ojos verdes. ¡Menudo color!-dije sorprendida.
-Habló la de los ojos azules…-rió disimuladamente.
-Por cierto, ¿Cómo te llamas?-dije intentando dar conversación.
-Malena, Malena Sauryz.-dijo tendiéndome la mano. Se la apreté mientras le contestaba:
-Molly, Molly Suans.
-Encantada y dime ¿por qué estás aquí?-preguntó curiosa.
-…Prefiero no hablar de eso…digamos que por culpa de un chico…
-¿Es que hay algo que no sea por culpa de los chicos?... jejeje-Dijo riendo.
-Jeje, tienes razón… ¿Y tú por qué estás aquí?
-Problemas familiares y mal entendidos.-concluyó ella con una sonrisa.
-Pareces una de esas chicas que no han roto un plato en su VIDA…
-Eso es porque mi VIDA todavía no ha terminado…-dijo con una sonrisa malvada. Al cabo de una hora me di cuenta de que era una chica bastante inteligente y algo juerguista, de las que se apuntan a un bombardeo.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario